Se sabe que esta actividad llegó con los marineros al puerto en el siglo pasado. Durante varios años los enfrentamientos, con o sin guantes, no salían de la zona, cuyo límite era la avenida Alem en el "bajo" de Buenos Aires.

Al llegar 1890 comenzaron a registrarse episodios, se supone que no siempre reflejados por la prensa en general, de peleas entre extranjeros en cafetines, salones y algunos teatros. 

Resulta imposible determinar cuando y donde se realizó la primera pelea la Capital Federal. Si se sabe que los protagonistas eran ingleses, escoceses, irlandeses y norteamericanos en su enorme mayoría. 

Durante mucho tiempo se afirmó -está dado como cierto aún-, que el primer choque por dinero (hablar de amateurismo resulta risible), se llevó a cabo en 1903 en el hall de la revista "El Gladiador" en Avenida de Mayo y San José entre Paddy McCarthy y Abelardo Robassio, irlandés e italiano respectivamente. Ganó McCarthy en 5 asaltos, hecho del que nos ocuparemos mas adelante. 

La prensa de la época no dijo que así fuera, seguramente porque en rigor de la verdad la realidad es otra: el dato es falso

Sabiso es que el boxeo estaba prohibido en Buenos Aires en 1903 y jamás nadie expresó, cuando y porqué se decidió proscribir esta actividad que se practicaba en Inglaterra, desde el siglo XVIII y en Estados Unidos desde época similar. 

El primer pleito detectado

Se llevó a cabo en la Capital Federal en el salón "La France", que en rigor de verdad era un lugar de esparcimiento, de baile, donde comenzaba a predominar el tango. El diario "La Nación" del 17 de julio de 1892 hace referencia a una pelea entre Tom Bull, londinense, y George Davis, también británico, que ganó el primero. No se sabe como. El choque se realizó el día 12 y ambos pesaron 86 kilos 200 gramos (límite en la actualidad del peso crucero). La bolsa era de 800 pesos, una fortuna en tiempos de los centavos.

Un asistente al episodio, Jack Ashton de San Francisco, California, retó alvencedor por la suma de 1.000 pesos. Bull acetó inmediatamente. Agregando que le apostaba 500 pesos más que lo noqueaba antes de terminar el 10° round con las nuevas reglas del Marqués de Queensberry: asaltos de 3 minutos por 1 de descanso y guantes de 4 onzas (actualmente se usan de 8 y 10). El periódico transcribe la firma de contratos para medirse entre el 5 y 10 de agosto de ese año en escenario a acordar. Y remata afirmando: "Tenemos ya instalado y en pleno y popular funcionamiento, un nuevo sport basado en el noble arte de molerse los huesos a puñetazos".

No hemos podido indagar si ese choque se llevó a cabo. Ningún periódico de la época a los que tuvimos acceso se hizo eco de lo acaecido en agosto. Pasamos por "La Nación", "La Prensa" y "El Mosquito". "Caras y Caretas" salió en 1897. 


LLega la prohibición

Según parece, el primer promotor fue Julio Dustche. Ya que el 1 de septiembre de 1892 se le concedió permiso para que el lunes 5 en el "Teatro de la Zarzuela" organizara un festival "con sujeción a lo que el reglamento del Club Gimnasia y Esgrima determinara para esa clase de espectáculos". Tal lo aparecido en "La Nación" del día 2 de septiembre. En estas veladas había un poco de todo, matizándose con la actuación de magos, cantantes, cirqueros, etc. a más de luchas con sables y espadas y enfrentamientos en lucha greco-romana. "La Nación" número 6743 del martes 6 de septiembre de 1892 en primera página, séptima columna, ofreció un comentario lapidario titulado: "Asaltos a puñetazos".  


 

¿Que fue lo que sucedió?

Pelearon Jack Smith de Liverpool y Guillermo Bennett con calzones cortos blanco y negro respectivamente. Hubo 3 vueltas "sin golpes efectivos". Sin fallo. Luego chocaron Jack McDonald de Glasgow y George Holding, de Birmingham. "Hubo 2 o 3 cachetes de ruido en 5 vueltas y nada más", consigna la crónica, agregando que estos cotejos no interesaron al público, en su mayoría de origen inglés y norteamericano. 

El pleito de fondo lo sostuvieron nuestro conocido Tom Bull y Alejandro Gibb de Glasgow. Dirimieron supremacías por una bolsa de 1.200 pesos. El 75% se lo llevó el vencedor y el resto el perdedor. El cronista se impresionó mucho por el rudo espectáculo que presenció. Al extremo que no vaciló en decir: "No puede darse nada mas repelente para un teatro o cualquier sitio. El interés está en relación directa con la inhumanidad", preludió. Agregando... "Jadeantes, sudorosos, rojas las caras y casi echando sangre por las espaldas, los brazos y todos los sitios que mas blancos habían ofrecido a los puños, llegaron al término de la lucha en la que salió como vencedor Tom Bull. Y se acabó la función. En suma, una función que merece tener pocas análogas si el público de Buenos Aires quiere presentarse reñido con el buen gusto". 

El moreno bostoniano Luis Franklin, tras 20 minutos, superó en lucha greco-romana a Monsieur Lambort, de París, en un preliminar extraboxístico, resumimos. Las 142 líneas en primera plana en una columna al estilo de aquel tiempo, lograron una rápida respuesta del Concejo Deliberante: el día 7 de septiembre -24 horas más tarde- llegó la prohibición. 

Curiosamente, como contrapartida, aquella noche de miércoles en Nueva Orleáns, Louisiana, el caballero James Corbett noqueaba en 21 rounds a John L. Sullivan , ganando el título mundial de peso completo. Era la primera pelea por esa corona con guantes, la anterior había sido a puño limpio en 1889. 


Concejo Deliberante

"El boxeo fue prohibido"

Se reunió, como decimos y con nutrida agenda, presidido por el Dr. Montes de Oca (número 6745 de "La Nación" del día 8). Dice textualmente: Funciones de Box  "Es inmediatamente aprobado un proyecto del concejal Dr. Carrasco prohibiendo en absoluto las funciones de box, sirviendo de fundamento a su autor, la repugnancia que esta clase de espectáculos ofrece". 

En el tema del día seguía un asunto realmente ríspido que tocaba muchos intereses: Las casas de tolerancia (prostíbulos en la Capital Federal y su funcionamiento). Los concejales se agarraron desde diferentes puntos de vista generando una polémica bizantina en la que no hubo acuerdo. Carrasco gue uno de los mas locuaces. Quienes regentaban los burdeles tenían mucho dinero para repartir cuando hacía falta. El incipiente boxeo no era un negocio para político alguno entonces. Con los cambios en la Intendencia de Buenos Aires, se realizaron algunos festivales con "permiso especial" en años posteriores, destacándose el brindado en 1915 para que Jack Johnson, primer campeón mundial en posesión del título que visitó nuestro país. Enfrentó a 3 rivales el 10 de enero en Palermo. De cualquier forma, tras Firpo-Dempsey en 1923 y por presión popular, el 3 de enero de 1924 una Resolución Municipal ordenó poner en funcionamiento la Comisión Municipal que regularía la actividad "en 30 días". Y se inició así la era de lo que llamaríamos "del boxeo controlado en el país". 

Nota: El Teatro de la Zarzuela (inaugurado en 1892 precisamente), pasó a llamrse "Teatro Argentino" en 1897 cuando fue refaccionado. Ubicado en Bartolomé Mitre 1448, Buenos Aires. Capacidad: 1027 butacas. Incendiado en 1973. (De "La Arquitectura Teatral en Buenos Aires", de Leandro Ragucci, que abarca el período 1783-1991, editado en 1992). 

 


Extraído textualmente de la revista BOX: 20 Campeones y una leyenda. El origen del boxeo en la Argentina, fascículo N°1, septiembre de 1997, publicada por el periodista y comentarista Julio Ernesto Vila.

 

Cortesía de la colección del Prof. Fernando Albello